Uri Levine, de Waze, uno de los innovadores israelíes más reconocidos, visitará Chile en mayo

Ciencia y Tecnología

Uri Levine vive en un departamento arrendado en el barrio de Kfar Saba, cerca de Tel Aviv, en Israel. Cuando va a trabajar o necesita ir a una reunión se sube a su bicicleta y muy ocasionalmente usa su auto Alfa Romeo o el Renault Clio de uno de sus hijos. Desde allá dice que su reticencia hacia los vehículos motorizados nace de una razón my simple: “Odio los tacos”. Ese desprecio fue el que lo motivó a crear Waze, la aplicación móvil que revolucionó el tráfico urbano gracias a su capacidad de orientar calle a calle el desplazamiento de conductores en todo el mundo.

La compañía, fundada en 2007 por Levine junto a otros empresarios, hoy suma 250 millones de usuarios en más de una docena de países como Estados Unidos, Italia, Sudáfrica y Chile. Este éxito se basa en varios factores, pero uno de los más importantes es el trabajo colaborativo. En lugar de inundar las calles con sus propios técnicos dedicados a mapear cada esquina, calle y avenida, Waze entrega esa labor a los propios usuarios. Son ellos quienes aprovechan el GPS de sus celulares para actuar como policías de tránsito y cartógrafos que entregan a la aplicación información sobre accidentes, tacos y otros imprevistos. Gracias a estos datos que se van generando en tiempo real, Waze evalúa factores como tiempo de desplazamiento y presenta al usuario las mejores rutas para llegar rápidamente a un destino.

Levine, quien será uno de los conferencistas invitados al evento Entel Summit de este 12 de mayo, explica que este modelo es muy similar al que permitió la consolidación de Wikipedia, la enciclopedia en línea que es actualizada por sus propios usuarios. “En conjunto creamos una riqueza de conocimiento, aunque con ciertas diferencias porque Waze es capaz de generar la mayoría de sus datos de forma automática”, señala el empresario. Levine apunta otro elemento a favor de la aplicación y que también la asemeja a Wikipedia: “Es gratuita, por lo que la información es accesible a cualquiera”.

El camino al éxito requirió de tiempo. De hecho, la primera versión de Waze funcionaba en un rudimentario teléfono Nokia y cuando la empresa decidió salir de Israel y abrirse al mundo, con su llegada a Estados Unidos en 2009, los técnicos tuvieron que solucionar varios problemas. Por ejemplo, Israel tiene muy pocos túneles y por eso en otros países tuvieron que rediseñar la aplicación para que funcionara en lugares como esos donde el GPS dejaba de funcionar.

El explosivo crecimiento del servicio llevó a Google a comprarla en poco más de mil millones de dólares en 2013. Hoy la aplicación es usada por ciudades como Río de Janeiro para planificar el retiro eficiente de la basura y hasta celebridades como Arnold Schwarzenegger, Morgan Freeman y el robot C-3P0 de Star Wars han prestado sus voces para que Waze guíe los viajes de sus usuarios.

De acuerdo con la revista israelí Globe, al vender la empresa, Levine recibió unos 38 millones de dólares, pero en vez de dedicarse a sus pasatiempos favoritos –el ciciclismo y el esquí- el empresario aprovechó ese dinero para crear nuevas empresas. Todas ellas apuntan al mismo objetivo que tuvo Waze desde sus comienzos: ahorrarles tiempo y dinero a los consumidores.

Según Levine, lograr que las cosas sean accesibles para las personas es una forma de empoderarlas: “Lo que quiero es crear un mundo mejor y generar valor para mucha gente, y resolver grandes problemas efectivamente cumple con ese propósito. Hoy existe una gran brecha entre las necesidades de los consumidores y lo que ofrece la industria y, ciertamente, mi idea es cambiar esa realidad en muchos mercados”.

Modelo en expansión

Una de esas áreas que menciona el empresario es el de las jubilaciones. Por eso creó Feex, un servicio que aconseja a las personas sobre cómo administrar sus inversiones y sus futuros fondos de pensión para así no verse tan expuestos a las altas tarifas que aplican las instituciones que manejan esos dineros. Sólo en Estados Unidos, esos cobros suman hasta 600 mil millones de dólares al año, casi dos veces el producto interno bruto de Israel.

Por este motivo, el servicio se promociona a sí mismo como el “Robin Hood de los cobros”. “Ser capaces de ahorrarle a la gente hasta un tercio de sus fondos de jubilación, que usualmente se pierden por estas tarifas de gestión, es impresionante. Aunque el número de usuarios todavía es pequeño, el valor que está creando es maravilloso”. Hasta ahora, Feex opera principalmente en Estados Unidos e Israel, aunque Levine cree que podría expandirse a otros países: “Se requerirá tiempo, porque los sistemas financieros de cada nación son muy diferentes”.

Las otras compañías de este emprendedor israelí siguen una línea bastante similar. Es el caso de Engie, una aplicación que es como una revisión técnica móvil A través del celular se conecta al computador del auto y puede diagnosticar entre el 60 y el 70 por ciento de los potenciales desperfectos. Luego, muestra precios referenciales de los mecánicos que están en el área y los invita a pujar para quedarse con el trabajo. La idea es evitar los costos excesivos que, según una encuesta de Harris Interactive, preocupan a muchos conductores: el 66 por ciento cree que los talleres les cobran precios excesivos y el 72 por ciento dice sentir ansiedad ante el inminente pago.

El portafolio de Levine también incluye FairFly, que permite reprogramar boletos de avión a un costo más bajo en caso que las tarifas caigan tras haber realizado la compra original, y Moovit, una aplicación muy similar a Waze pero destinada al transporte público. Varias de estas empresas nacieron en parte gracias al Programa de Emprendimiento Zell, un curso académico que se dicta en la Universidad IDC Herzliya y donde Levine actúa como mentor de estudiantes a los que se les encarga la tarea de resolver “un gran problema”.

“Tengo cuatro startups que son fruto de nuestro programa Zell –Feex, Roomer, FairFly, Engie- y seguimos construyendo más. Tengo la convicción de que tener programas de este tipo es bastante impresionante y creo que Chile debiera tener cada vez más plataformas similares para alentar el emprendimiento”, afirma Levine. Precisamente, gracias a este tipo de iniciativas Israel se ha ganado el apodo de “la nación startup” y una reputación por crear tecnologías innovadoras: sus investigadores fueron pioneros en el diseño de los primeros antivirus e inventaron los “memory sticks”, precursores de los actuales pendrives. Hasta el sector militar es famoso por incubar empresas del sector y el propio Levine hizo su servicio militar en la Unidad 8200, la agencia de ciberespionaje israelí.

Para el empresario, el tamaño relativamente pequeño de las poblaciones de Israel y Chile -8 millones y 17 millones de personas, respectivamente- es una ventaja a la hora de crear compañías tecnológicas exitosas. La razón es que ese factor hace que las empresas se enfoquen primero en solucionar problemas a nivel local antes de salir a los mercados internacionales. Según Levine, tal vez esa estrategia es la que deberían seguir los emprendedores en Chile, pensando primero en Santiago y otras ciudades y luego saltar a otros países de Latinoamérica: “En Israel un emprendedor se enfoca primero en su país y luego en Estados Unidos, Europa o cualquier otro lugar del mundo”.

La familia del empresario ha incorporado su filosofía de trabajo y, mientras su hija mayor ya trabaja en Moovit, su hijo mayor que tiene 22 años está construyendo una startup para combatir el spam que se distribuye a los celulares vía SMS. Tanto ellos como el propio Levine han aprendido que una clave para crear una empresa tecnológica fructífera radica en concentrarse en el problema que se quiere resolver y no tanto en la solución misma.

Después de todo, cuando Waze nació operaba en aparatos tipo PDA que hoy están obsoletos y que fueron reemplazados por los smartphones. Estos equipos se convirtieron en la principal plataforma de desarrollo de Waze y eventualmente instigaron la compra por parte de Google. “Permanecer enfocados todo el tiempo en un problema garantiza que estemos construyendo una solución para algo que es necesario y en crear valor. Si logramos eso, es el comienzo para ser exitosos”, concluye Levine. ( Fuente: Marcelo Córdova, La Tercera ).

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