Roni Kaplan: El portavoz que rompió el molde en las FDI

Israel

Con solo 30 años, asumió la tarea de explicar ante los medios de prensa hispano parlantes el accionar de Israel en las operaciones Pilar Defensivo (2012) y Margen Protector (2014). Acaba de visitar Chile, ahora sin uniforme, para gestionar delegaciones empresariales y evangélicas a Israel.

Ser portavoz del ejército israelí no es tarea fácil, y menos cuando los ojos del mundo están encima de lo que sucede en Medio Oriente. Es una tarea abrumadora y hasta solitaria, porque cuando se enciende la luz roja de la cámara, el vocero debe enfrentar solo a sus entrevistadores y a los millones de personas que lo están viendo del otro lado de la pantalla.

Esto es lo que sintió el capitán Roni Kaplán durante las últimas dos operaciones de magnitud realizadas por Israel en la Franja de Gaza, Pilar de Fuego (2012) y Margen Protector (2014), cuando le tocó desempeñarse como vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para Latinoamérica y Asia.
Nacido en Uruguay en 1982, y nieto de sobreviviente del Holocausto por el lado paterno, Kaplán estudió toda la vida en el colegio de la comunidad judía de Montevideo y fue un miembro activo de Maccabi. A los 18 años viajó a Majón de Madrijim y a los 20 hizo aliá. Estudió Filosofía, Economía y Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y más tarde se casó con Maya, doctora en Filosofía y Letras, con quien tiene cinco hijas, en nueve años de matrimonio.

-¿Esto de ser portavoz es algo que solicitaste o llegó por ordenes superiores?

-Efectivamente, habían escuchado de mí y querían abrir la vocería en español el año 2012 y yo era la persona que estaba en el lugar correcto.

-¿Cómo tomaste este desafío de dar la cara por las FDI?

-Yo venía del mundo de la tnuá, de la vida judía, de los estudios estratégicos de Medio Oriente, o sea que tenía un background, pero más hacia el lado de la hasbará. Pero con el tiempo me di cuenta que para la prensa internacional la hasbará solo es propaganda. Así que tuve que ir aprendiendo los códigos y necesidades de la prensa. El primer desafío fue abrir las redes sociales de Tzahal en español, el segundo ser un elemento relevante para dar información contrastada para los periodistas, y lo tercero fue recibir todo tipo de visitas internacionales y explicarles la realidad de Israel.
-¿Cómo sentiste a la prensa de habla hispana, abierta o prejuiciada?

-Por lo general, los periodistas que conocí son gente seria, tanto corresponsales como medios que te contactan en momentos de crisis. Me pareció que es gente que busca conocer los hechos para relatarlos, aunque también me di cuenta que no son pocos los que no conocen lo suficiente del conflicto. Y eso es una batalla grande, porque los portavoces palestinos, creo, tienen una mejor forma de recibir a los periodistas y corresponsales.
-¿Cómo se concibe una vocería en el ejército, donde todo parece tan regulado, especialmente lo que se puede o no decir?

-Primero, el ejército israelí es más desestructurado en ese sentido. La disciplina es muy importante, pero básicamente contigo mismo. O sea que tus comandantes valoran que seas una persona inteligente y que digas lo que piensas para dar la mejor solución. Hay una línea editorial, como hay en un diario, pero al final el vocero es uno y tiene que
aculturar el mensaje, y en América Latina, por ejemplo, el tema de entregar ese mensaje en forma más emocional es muy importante. Además que en este conflicto, el ejército israelí entra como perdiendo, porque estás con uniforme, frente a la historia de dictaduras de Latinoamérica…

-Tus vocerías eran muy atípicas, muy personales…

-Como estudié ciencias políticas y diplomacia, me era muy importante llegarle al televidente en forma muy personal, para que la gente pudiera entender la versión israelí con hechos, para poder evaluar la racionalidad de nuestro argumento. Yo no estaba tratando de convencer a nadie, sino de pasar hechos, contextualizándolos para un sudamericano medio. Y siempre tuve cuidado de no deshumanizar a los palestinos.

-En lo emocional, ¿cómo se vive este rol, en hechos de sangre, dolorosos…?

-En lo emocional, yo me sentí que estaba cumpliendo una misión muy importante y de gran responsabilidad, diciendo las cosas como son. Pero es sacrificado, a veces dos meses sin volver a casa, dejando a la familia sola, pero uno siente que tiene que darlo todo. Porque no tienes un jefe encima, tienes una cámara que se conecta con una canal de EEUU y tienes que dar una versión… José Levy hace el pase y en EEUU están Fernando del Rincón, Patricia Janiot o Andrés Oppenheimer, que te hacen preguntas a través de un audífono.

Alejado del ejército con el grado de mayor (pese a que pudo seguir carrera), Kaplán ahora está “privatizado”, aunque todavía defendiendo la imagen de Israel, ya que se dedica a organizar delegaciones de empresarios o grupos evangélico para visitar ese país.

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