Yom Hashoá: Testimonios de sobrevivientes

COMUNIDAD

Durante el acto de recordación de la Shoá, realizado en la sinagoga del Círculo Israelita, siete sobrevivientes del Holocausto participaron en la emotiva ceremonia de encendido de seis cirios en memoria de los seis millones de judíos asesinados por los nazis en los campos de concentración.

A continuación sus testimonios :

1) SAMUEL DERMER HAS

Nací el 18 de Agosto de 1930, en Czernowitz, región de Bucovine (Rumania), al inicio de la guerra, en Junio de 1940 se incorporó a la Unión Soviética.

Al año siguiente la ciudad fue evacuada por los soviéticos y todos los judíos fuimos concentrados en un pequeño Ghetto, siendo confiscados todos nuestros bienes. Comenzaron a evacuar las calles y deportar a la gente en vagones hasta los Campos de Concentración de Transnistria (Tiráspol), perdí a casi toda mi familia. Mi mamá falleció de tifus, siendo yo muy niño y durante casi 3 años permanecí allí a trabajos forzados. Solo sobrevivió un tío, que consiguió enviarme de vuelta a Rumania junto con otros niños huérfanos.

Cuando ya tenía cerca de 16 años, a todos los huérfanos que estábamos en el orfelinato nos enviaron a Turquía en barco y posteriormente me llevaron a Israel. Estuve en el ejército en campos de entrenamiento en distintas unidades, por 30 meses, siendo reservista.

En el orfelinato conocí a Mordejai Rosenblum, quien años más tarde me trajo a Chile, donde actualmente tengo a mi familia.

2) VERA VEGVARI DE FRIED

Nací en Hungría, en un pueblo de 120 familias judías.

En marzo de 1944, los nazis invadieron Hungría y nos mandaron al ghetto para tres semanas después ser deportados a Auschwitz-Birkenau. Yo tenía 17 años cuando me separaron de mi padre y mi hermano, a quienes nunca más volví a ver, desde ese día.

Mi madre Gisela y yo aprendimos a sobrevivir como pudimos. Nos tatuaron, a mí me tocó el número A-26021. En el campo no había nada para comer, ni nada qué hacer, sólo esperar la muerte. Nos salvamos también del tristemente célebre Dr. Menguele quien permanentemente rondaba por ahí.

Durante el invierno de 1945, iniciamos una dura marcha sin destino, hasta que una mañana descubrimos que los guardias nazis habían desaparecido. Quedamos libres en mayo de 1945.

Mi madre y yo volvimos al pueblo en Hungría, donde me reencontré con Ladislao Fried, mi novio de antes de la guerra. En 1947 nos casamos y partimos rumbo a Chile sin nada más que la esperanza de una nueva vida juntos.

Durante los años 60 tuve la suerte de poder volver a Hungría junto a mis hijas a visitar a mi madre y abuelita para reencontrar 4 generaciones después de la Guerra, algo difícil de lograr.

Hoy vivo en Viña del Mar, agradecida de la familia que formamos junto a Lazi (Z,L) en 64 años casados: nuestros hijos, nietos y bisnietos.

3) URY SHARONY

Nací en Enero del 1930 en la ciudad de Czernowitz, región de Bucovina que pertenecía en ese entonces a Rumania.

Soy integrante de la “Memoria Viva” por ser sobreviviente del primer “PROGROM” que fue el inicio del Holocausto del Judaísmo de esa parte del mundo, el 6-7-8- de Julio 1941. Esto, a consecuencia de la llegada de la Wermacht alemana en conjunto con las tropas rumanas que no vacilaron en matar libremente a los judíos y apoderarse de sus bienes, al estilo de la vieja Rusia.

Por decreto se estableció el 11.10.41 el renombrado GHETTO de Czernowitz como punto de salida para las deportaciones a los Campos de Concentración de Transnistria, donde fuimos internados toda nuestra familia.

En otoño del 1943, ya bajo ocupación Soviética, nos deportaron a Rusia a trabajos forzados a los montes Urales, cordón montañoso que separa Europa y Asia, donde nos quedamos hasta el fin de la segunda Guerra Mundial.

4) IRENE BIRNBAUM

Nací hace 87 años en Polonia, en medio de un golpe de estado.

Permanecí durante 28 meses en el Guetto de Varsovia. A los 16 años me vi en la obligación de tomar la decisión más difícil de mi vida, que me cuestiono hasta el día de hoy, fue la de separarme de mi padre, el 02 de febrero de 1942, para emprender el camino hacia la salvación. Esa fue la última vez que lo vi.

Quedé sola con mi padre, porque en solo 3 semanas perdí a mi madre, abuela y novio. Mi padre me rogó que escapara a casa de una familia polaca que me refugió en un desván a cambio de dinero que le enviaba todos los meses un hermano de mi madre. Este mismo tío me convenció que saliera del lugar consiguiéndome documentación falsa y me mandó a trabajar cerca de Varsovia, como mucama en casa de una señora enferma. Yo tenía 19 años cuando finalizó la guerra en 1945, un año después viajé a Austria con mi novio, y me casé con él en Argentina.

Soy escritora, entre los libros publicados puedo mencionar, “No moriré del todo”, escrito en 3 idiomas.

Actualmente vivo en el Hogar Beit Israel.

5) HILLA HAYMANN

Vivíamos en Berlín en un barrio muy tranquilo, en un edificio de 5 pisos con 2 departamentos por piso. Éramos los únicos judíos allí.

Ese preciso día de noviembre de 1938, me fui como todas las mañanas al colegio. Primero caminando 10 minutos hasta la estación del tren y después de 5 estaciones, otros 5 a 7 minutos caminado. Vi algunas vitrinas rotas, pero no le di mayor importancia, pero cuando llegué al colegio no había ningún solo alumno, solamente una profesora con ojos llenos de lágrimas. Me preguntó que hacía yo allí y que donde estaba mi padre.

Yo no sabía que durante la noche y madrugada los nazis habían sacado hombres judíos de sus casas para llevarlos a campos de concentración. En vez de irme inmediatamente a casa, fui a la primera estación en dirección contraria donde vivían más judíos.

Vi negocios destrozados y un camión llenos de hombres apiñados como ganado, y una mujer que se lanzó delante del vehículo suplicando: “si se llevan a mi marido y a mi hijo, llévenme a mí también”. A lo que el uniformado la empujó con su bota a la cuneta diciendo: “puerca judía”.

Me fui inmediatamente a casa viendo las sinagogas en llamas y a los bomberos sin hacer nada, solamente cuidando que el fuego no se extendiera a otras casas.

Mi papá, que era farmacéutico, ya no podría tener su farmacia, ni trabajar en su oficio, igual que los médicos u otros académicos.

La esposa de un amigo de papá, llamó para pedir que avisáramos a su marido que no vaya a su casa ya que le estaban esperando en el edificio para llevárselo. Desgraciadamente no pudimos advertirle y nunca más lo volvimos a ver.

A mi papá le dimos la plata que habían en la casa y sándwiches, y él se pasaba todo el día viajando en bus, tren, tranvía o caminado, llamando cada dos horas para saber que pasaba.

Dos semanas más tarde, mis padres recibieron una carta pidiéndoles que debían dejar el departamento el próximo mes. Era muy difícil encontrar un edificio en donde admitieran judíos.

Un año más tarde gracias a una visa a Chile, pudimos dejar Alemania.

SR. RUDY HAYMANN

Nací en Berlin en 1921, a la edad de 16 años, siendo colegial, fui declarado elemento sospechoso y puesto bajo vigilancia policial, tenía que salir inmediatamente. Hice Aliyah, participé en la fundación de un kibutz en el valle del Jordán.

Fui entrenado por la Haganah y formé parte del Palmaj. Más tarde entré como voluntario a la Brigada Judía del ejército Británico. Combatí durante 4 años desde el canal de Suez hasta Berlín.

Cuando terminó la guerra descubrí que de la familia quedamos solamente 4 sobrevivientes: Mis padres y mi hermana Hilla, que alcanzaron escapar en el último momento a esta tierra de D-s, que se llama Chile. Así, después de una separación de 10 años nos reunimos de nuevo aquí para refundar la familia.

6) AGNES BINETH DE SCHONBERGER

Nací el 22 de Julio de 1927, en la cuidad de Nove- Zamky, por 6 años y luego Errek – Ujvar, por otros 6 años, esto es en Checoslovaquia con la frontera de Hungría. Mi padre tenía un negocio de maletería. Hasta que llegaron los alemanes, a mi padre se lo llevaron, nunca más supimos de él, a nosotras con mi madre fuimos trasladadas a Auschwitz, yo tenía 18 años, nos separaron, a mi madre se la llevaron a las cámaras, a mi me encerraron en una barraca con más de 500 personas, nos raparon, nos quitaron la ropa, para llevarnos a los crematorios, muertas de frío, d-s es tan grande que encontré una ventana abierta y escapé, corrí, corrí, hasta que encontré un terminal de trenes, había una fila de mujeres que se estaba esperando subir, me escabullí por entre medio, y d-s permitió que me reencontrara con mi adorada madre.

Estuvimos haciendo trabajos forzados, hasta que conocí a mi esposo Emilio Schonberger (z´l), y en 1945 nos vinimos los 3 con mi madre a este maravilloso país.

Suscríbete a nuestroNEWSLETTER

Ingresando tus datos aquí, y recibirás noticias y novedades de CJCH en tu mail.