Temores a un ataque nuclear por pulso electromagnético hacen que EE.UU. reabra la Montaña Cheyenne

Medio Oriente

Mark Langfan

Días después del acuerdo con Irán, el Pentágono actúa temiendo un ataque nuclear con misiles que quemaría las defensas de base electrónica de Estados Unidos.

El Pentágono ha decidido reabrir la planta de Defensa Aérea de Montaña Cheyenne, que albergó durante un tiempo el corazón de la defensa aérea y misilística de Norteamérica. La planta había sido clausurada como una medida de “recorte de gastos” en el año 2006.

La semana pasada, el Almirante William Gortney, jefe del Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (US NORAD) y el Comando Norte de Estados Unidos, revirtió esa decisión y anunció que el Pentágono estaba gastando una apuesta inicial de u$s700 millones para supervisar la reactivación de la planta incrustada en la montaña Cheyenne.

La razón: los temores del Pentágono sobre un ataque nuclear por Pulso Electromagnético (PEM) a través de un misil que quemaría la defensa abiertamente dependiente de Estados Unidos, que está basada en electrónica moderna.

US NORAD y el Comando Norte de Estados Unidos no son apenas acrónimos. Ellos representan la defensa estadounidense de último momento para la patria continental de Estados Unidos. NORAD defendía originalmente al Comando de Defensa Aérea de Norteamérica, pero ahora defiende al Comando Aeroespacial Norteamericano. El Comando Norte de Estados Unidos es la designación específica del área del comando militar estadounidense que es responsable por la patria continental de Estados Unidos.

Dado el actual temor militar estadounidense de un ataque con misiles balísticos intercontinentales (MBIC) con un artefacto nuclear PEM, el Almirante Gortney explicó que “debido a la naturaleza misma y la forma en que está construida la Montaña Cheyenne, se encuentra fortificada contra los PEM. Y entonces, hay gran cantidad de movimientos [en el Pentágono] para poner la capacidad [militar] dentro de Montaña Cheyenne y para poder comunicarse allí.”

A principios del año 2013, este autor advirtió contra un ataque iraní similar por PEM “en cumplimiento de la fatua” contra Arabia Saudita, y un ataque por PEM de Corea del Norte contra Corea del Sur.

En una admisión aún más asombrosa, el Almirante Gortney reveló que su “preocupación principal” era si el Pentágono iba a “tener el espacio dentro de la montaña para todos los que quieran mudarse allí, y no estoy en libertad de discutir quién se está mudando allí, dijo”

El búnker de la montaña Cheyenne es una caverna de medio acre que fue excavada dentro de una montaña en la década de 1960 y fue diseñada originalmente para resistir un ataque nuclear soviético. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos temía a una situación de ataque nuclear soviético que presentaría un ataque nuclear inicial de “decapitación por PEM.”

Tal ataque no era el lanzamiento de un primer ataque nuclear soviético masivo contra las ciudades estadounidenses, sino que en su lugar, se llevaría a cabo un primer ataque soviético de “decapitación por PEM”, que explotaría un artefacto nuclear en lo alto de Estados Unidos, quemando todos los sistemas de mando y control de comunicaciones e impidiendo, por lo tanto, que el Presidente de Estados Unidos pudiera ordenar al ejército estadounidense tomar represalias.

Al destruir primero electrónicamente los sistemas de comunicaciones de Estados Unidos, los soviéticos habrían así “decapitado” la capacidad de Estados Unidos de responder a un ataque nuclear soviético secundario masivo que sería sobre las ciudades estadounidenses.

Por lo tanto, un ataque nuclear soviético por PEM exitoso contra los EEUU habría “triunfado” por sobre el concepto de DMA, o Destrucción Mutuamente Asegurada, porque Estados Unidos habría sido incapaz de tomar represalias y destruir a la Unión Soviética en respuesta a un ataque nuclear.

Durante la Guerra Fría, los aviadores estacionados dentro del complejo masivo estaban a punto de enviar advertencias y códigos de fuego que podrían provocar el lanzamiento de la vasta red de misiles nucleares de Estados Unidos. Ahora, en vista de los últimos peligros nucleares de PEM sobre Estados Unidos, el ejército estadounidense espera nuevamente ser protegido por las montañas de Colorado.

Hay especulación que los temores renovados de un ataque nuclear por PEM no están no relacionados con el programa nuclear de Irán.

A principios de mes fue firmado un acuerdo marco permitiendo al régimen islámico mantener sus plantas nucleares y continuar enriqueciendo uranio a niveles limitados, aunque Irán ha dicho que usará centrifugadoras avanzadas después que sea firmado un acuerdo, queriendo decir que estaría preparado para lograr rápidamente un arsenal nuclear.

Se ha destacado que el acuerdo no aborda en lo absoluto el programa de misiles balísticos intercontinentales de Irán, el que como es sabido, es necesario para conducir un ataque por pulso electromagnético.

Fuente: Arutz Sheva

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

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