El Estado Islámico, en Gaza

Medio Oriente

Jaled Abu Toameh

Siempre resulta irreal ver cómo un grupo terrorista islamista acusa a otro de ser demasiado «indulgente» al imponer las leyes de la sharia. Pero no lo es cuando un grupo terrorista empieza a amenazar a escritores y a mujeres.

Es lo que está ocurriendo estos días en Gaza, donde partidarios del Estado Islámico están acusando a Hamás de no imponer estrictas leyes islámicas a la población palestina; como si, hasta ahora, el movimiento islamista palestino hubiera promovido un enfoque liberal y abierto de mente respecto a quienes infringen la sharia.

Hasta la semana pasada, el único tema del que hablaban los palestinos de la Franja era cómo reconstruir las casas y edificios destruidos durante la última guerra entre Hamás e Israel.

Ahora, en cambio, casi todos hablan de las amenazas del Estado Islámico contra poetas, escritores y mujeres.

No es ningún secreto que el Estado Islámico tiene presencia en Gaza. Según fuentes locales, muchos miembros descontentos de Hamás y de otros grupos radicales salafo-yihadistas se han unido al EI; algunos de ellos ya están combatiendo junto a grupos del mismo en Siria e Irak.

A comienzos de este año se descubrió que el Estado Islámico había comenzado a actuar en la Franja, para consternación de Hamás.

Sin embargo, el Movimiento de Resistencia Islámico sigue negando la presencia del EI en el enclave. «No hay miembros del Estado Islámico en la Franja de Gaza», afirmó Eyad al Bazam, portavoz del Ministerio del Interior, controlado por Hamás. Pero muchos palestinos no parecen tomarse en serio estos desmentidos y siguen sin estar convencidos.

En los últimos días, dos panfletos firmados por el Estado Islámico amenazaban con atacar a poetas y escritores palestinos por su «libertinaje» y «ateísmo». En ellos se mencionaba a los literatos por su nombre, algo que ha sembrado el pánico entre muchos gazatíes.

Los panfletos también incluían un ultimátum dirigido a las mujeres palestinas para que se atuvieran al código islámico de vestimenta; de no hacerlo, se exponían a ser castigadas al estilo del Estado Islámico: probablemente, ser lapidadas hasta la muerte. La amenaza deja la falsa impresión de que, con Hamás, las mujeres puedan ir en traje de baño por la playa y pasear por las calles de Gaza City en minifalda.

Pero eso es lo que sucede cuando un grupo fundamentalista considera que el otro no es lo bastante radical. En uno de los panfletos ponía:

Advertimos a los escritores y poetas respecto a sus afirmaciones indecentes y sus acciones ateas. Les damos tres días a los apóstatas para que se retracten de su apostasía y libertinaje y regresen a la religión islámica.

Las amenazas del Estado Islámico han suscitado la condena de muchos palestinos. Es la primera vez que esas intimidaciones se dirigen a poetas, escritores o mujeres.

Pese a que Hamás ha negado cualquier relación con esas amenazas, representantes de Fatah en la Margen Occidental acusaron rápidamente al movimiento islamista, que controla la Franja desde 2007, de estar detrás de los panfletos.

El analista político palestino Nayi Sharab explicó que cualquier intento de negar la presencia de los terroristas del Estado Islámico en Gaza «no es realista»:

No se puede negar que el Estado Islámico está [en la Franja de Gaza] en forma de grupo pequeño o como individuos aislados. Los panfletos distribuidos esta semana no pueden proceder de ninguna organización palestina.

Los palestinos señalan que los dos panfletos no son la única señal de la presencia del EI en Gaza. Dicen que sus banderas pueden verse en bastantes puntos del enclave, sobre todo en estadios de fútbol y en edificios públicos. Además, los parabrisas de muchos vehículos exhiben pegatinas del EI.

Según los palestinos, hay familias que han empezado recientemente a incluir el emblema del Estado Islámico en las invitaciones de boda que envían a amigos y familiares. En muchos sitios, sobre todo mezquitas y centros educativos, se muestran las fotos de palestinos muertos cuando combatían junto al Estado Islámico en Irak y Siria. Por supuesto, todo esto sucede mientras Hamás sigue insistiendo en que el Estado Islámico no está actuando en Gaza.

Quienes sí se toman en serio las amenazas son las mujeres y escritores cuyos nombres aparecían en los panfletos.

Amal Hamad, miembro de la Unión de Mujeres Palestinas, manifestó su honda preocupación respecto a las amenazas del Estado Islámico. Expone así su queja:

Vamos camino de lo peor en la Franja de Gaza. Hacemos responsables de los panfletos terroristas e intimidatorios a las fuerzas de seguridad de Hamás.

Ella y un amplio grupo de mujeres gazatíes celebraron una reunión de emergencia para discutir las repercusiones de las amenazas.

A juzgar por las reacciones suscitadas, está claro que muchos palestinos, incluido Hamás, están enormemente preocupados por la presencia del EI en la Franja. Aunque allí no cuente todavía con muchos miembros, sí que tiene innumerables seguidores y admiradores.

También está claro que cuando el régimen de Hamás se venga abajo, si es que lo hace, la Franja de Gaza no caerá en manos de unos palestinos menos radicales. El enclave ya se ha convertido en un emirato islamista controlado por Hamás y otros grupos radicales, como la Yihad Islámica.

Si bien el EI puede haber logrado infiltrarse en el Franja, sus posibilidades de introducirse en la Margen Occidental son nulas, gracias a la presencia allí de las Fuerzas de Defensa de Israel. La Autoridad Palestina y su presidente, Mahmud Abás, son muy conscientes de que, sin la presencia de las fuerzas de seguridad israelíes, la zona caería fácilemente en manos de Hamás o del Estado Islámico.

Es importante recordar que los países europeos que están votando a favor de un Estado palestino en realidad pueden estar allanándole el camino al Estado Islámico para que se haga con el poder.

© elmed.io – Gatestone Institute

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